Maravillosas tomas aéreas de la ciudad de Buenos Aires en los años ´20.
Siempre hemos afirmado que la inmensa mayoría de
nuestra antigua fotografía no se encuentra en los grandes repositorios públicos
como archivos o museos; muy por el contrario, estos invalorables documentos
visuales del ayer reposan - esperando un día surgir a la luz - en millones y
millones de hogares. Son las colecciones compuestas por infinitas fotografías
que, generación tras generación, van aportando a través de aquellos
mágicos rectángulos los testimonios de quienes nos han precedido en la maravillosa
aventura de vivir.
Un ejemplo contundente en tal sentido, lo
constituye las históricas fotografías aéreas de un álbum excepcional
provenientes del archivo familiar del arquitecto Juan Carlos Borra: son los
increíbles registros realizados hacia la segunda mitad de la década de 1920 por
su padre el fotógrafo Juan Bautista Borra y su compañero del aire el alemán
Enrique Broszeit, dos audaces que con sus frágiles biplanos de tela y alambre
documentaron con gran fidelidad los paisajes urbanos de aquella orgullosa
Buenos Aires que ya se perfilaba como una de las grandes metrópolis de América
Latina.
Son fotografías de una calidad y perfección que
asombran, registros tomados con sencillas cámaras de mano desde la cabina
descubierta y con el arriesgado fotógrafo asomado de lado sobre el vacío,
mientras el viento pugna por arrancarlo de su estrecho cockpit.
Relevamiento aéreo que hoy a casi un siglo de distancia nos muestra los
cambios arquitectónicos y urbanísticos de la ciudad o de edificios que han desaparecido
como la Penitenciaria Nacional y el Pabellón Argentino.
La Sociedad Iberoamericana de Historia de la
Fotografía se congratula por esta inteligente iniciativa de divulgación, que
pone a la consideración del público un año calendario desplegando estas increíbles
vistas aéreas.
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